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Suárez disimulando su exabrupto, mientras detrás, el rival mordido se toma donde el uruguayo clavara sus dientes |
OPINIÓN
El señor Mordancio demuestra nuevamente sus bajos instintos
El señor Mordancio demuestra nuevamente sus bajos instintos
Juan Yánez
Así a dentelladas
no se debe hacer fútbol, ni nada deportivo, ni tampoco nada que exija un mínimo
de civilidad. Sin embargo no lo cree así Luís Suárez, quien descarga sus
frustraciones mordiendo a sus rivales. (por esta falta ya fue castigado en tres oportunidades). Flaco servicio le está haciendo este
jugador a su selección, la Uruguaya ,
a quien a pesar de ganar el partido ante Italia, quedó en el público de
millones de personas en el mundo entero, quienes siguen el mundial a través de la televisión, un sabor a injusticia ante una ofensa no castigada. Lamentablemente el referí no tuvo la menor
consideración al no dignarse a atender el reclamo del jugador agraviado y en ello faltó, porque correspondería desde todo punto de vista ser penalizado el incidente. La cosa seguramente no terminará allí, ya los
medios se han ocupado del suceso, lo suficiente como para que Suárez no se vaya "liso", ante
esta maliciosa vulgaridad de marca
mayor. Es más, el resultado podría haber sido diferente si el árbitro hubiera
aplicado el mismo correctivo con el jugador uruguayo, con el que empleara al
expulsar, con anterioridad, al italiano Marchisio por una falta, con la que hubiera sido suficiente
una tarjeta amarilla. Hechos de esta naturaleza empañan este costoso y tan jactado
mundial de fútbol.
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Luis Suárez vuelve a morder...
El
delantero uruguayo, que ya atacó a otro jugador cuando militaba en el PSV y el
curso pasado a Ivanovic, del Chelsea, asesta una dentellada a Chiellini durante
el Uruguay-Italia
EL PAÍS
Madrid 24 JUN 2014 - 20:59 CET91
Luis
Suárez volvió a ser caníbal. Los 10 partidos de sanción que la federación
inglesa le infligió por morder a Ivanovic, central serbio del Chelsea, no
parece que haya servido para que el ariete del Liverpool se lo piense dos veces
antes de volver a hincar su dentadura en un jugador rival. Esta vez la víctima
fue Chiellini, central del Juventus, y el escenario un escaparate sin igual:
estadio Das Dunas, en Natal, en el último suspiro del partido que dejó fuera
del Mundial a Italia.
Tampoco
la de Anfield fue la primera. La agresión del uruguayo tiene un precedente. En
2010, cuando jugaba en las filas del Ajax, mordió casi a la altura del cuello a
Bakkal, centrocampista del PSV Eindhoven y fue sancionado con siete partidos.
17 encuentros sin jugar no han sido suficientes para el charrúa.
En
Inglaterra la agresión causó un revuelo formidable. El primer Ministro del
Reino Unido, David Cameron, a través de un portavoz, intercedió para reclamar
una dura sanción para el jugador. E incluso Adidas, uno de sus patrocinadores,
criticó con dureza el comportamiento agresivo.
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Chiellini muestra la marca de los dientes de Suárez, tras el mordisco. |
Suena
ahora a premonición el titular del The Sun que invitaba a los ingleses a
“devolver el mordisco” a Uruguay, en clara alusión a los antecedentes de
Suárez. Sin embargo, Uruguay acabó por comerse al combinado de Hodgson (2-1) y
el mordisco solo volvió en boca del de siempre: el hambriento de goles y, por
lo que parece, de otro castigo ejemplar.